miércoles, 9 de noviembre de 2016

Ignorance is bliss...


Mi único post al respecto será el siguiente, y no vivo en EUA, pero mi opinión es libre y contrario a la creencia popular lo que pase con nuestro vecino de arriba nos afecta directamente lo queramos o no.

 

Uno pensaría negativamente que no se puede llegar más bajo, y zas! te sorprende el golpe. En fin, creo que muchos teníamos esperanzas ciegas en que los ciudadanos Estadounidenses vieran lo que nosotros vimos (desde afuera, claro está) en sus candidatos (bueno o malo) y sin embargo hasta ahora nadie ha logrado desarrollar la habilidad extraordinaria de poder ver (y menos aún entender) lo que la otra persona ve. Por eso es difícil para nosotros entender lo que pasó ayer.

 

Poner nuestras expectativas en los demás, nunca ha dado buenos resultados.

 

¿Qué queda? ¿Resignación? No. Yo me niego… a aceptar un futuro donde mis hijas (ambas mujeres) no crean que son capaces de llegar a ser lo que les plazca (inclusive Presidente de un país), y ese era mi castillo en el aire, porque si llegaba a pasar (que no fue el caso) mis hijas desde pequeñas iban a ser testigos de que su género no es limitante. Tristemente, hoy es así… Aún.

 

Me queda claro que Hillary no iba a ser ni la primera ni la última mujer (y que feo suena tener que anteponer esa palabra a cualquier cosa solo por claridad, de hecho, ¿sabes qué? Mejor empiezo por no ponerla yo) presidente, sin embargo la cercanía a nuestra vida cotidiana hacía que si ella ganaba la presidencia era un ejemplo más cercano, más palpable.

 

En fin, yo no tendría  por qué explicarme, sin embargo dentro de mí corría como río salvaje la necesidad de expresar todo esto, y probablemente más que se quedó pendiente porque pienso algo pero me fluyen otras mil cosas más por las puntas de mis dedos.


Ayer en la noche antes de acostarme dije que no quería saber si ganaba Trump -¡oh las mieles de la dulce ignorancia! – y lo dije con convicción, y aunque me quedé dormida, lo primero que hice al despertar abruptamente a las 3.25 de la mañana (la hora en que paranormalmente, extrañamente, curiosamente cuando he de despertar a media madrugada, siempre es la misma) lo primero que hice fue buscar enterarme de la verdad. Y en cierta forma bizarra, irónica maybe, entiendo entonces como es que la ignorancia es dicha. Y por qué entonces, dichosamente muchísimas personas votaron ayer por Trump, y por ende, lo llevaron al poder de uno de los países más poderosamente peligrosos del mundo (porque no es el único).

 

Nos queda toda la buena música de protesta que va a salir en éste periodo presidencial.

 

NO todo es Caos. Aunque tu mente te quiera engañar al respecto, y bueno, también las noticias, y el tránsito, y las teorías conspiranoicas. Sólo espero que no tengamos que recurrir al miedo para sobrevivir, porque el miedo vende, el miedo controla y el miedo paraliza.

 

A ver qué tal nos va…