Así que ahora eres tú dueña de mis fantasías, nena, gracias por las palabras, gracias por la amistad, gracias por los juegos por los besos imaginarios.
Eres completamente diferente, por el simple hecho de ser anatómicamente casi iguales.
No te vas a arrepentir de haber entrado en mi mente, y clavar tu aguijón en mi subconsciente, mientras pueda regalarte palabras como las de hoy... Mientras me permitas seguir alimentando tus perversiones con mi imaginación.
Vuela conmigo a ese mundo dónde todo puede suceder, a partir de pones el primer pie... Ahí contigo estaré siempre, mientras me dejes tomar tu mano y guiarte por mi alma oscura.
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