Septiembre 8, 2008
4.35 a.m.
No, no estoy tan loca. O sí?
Hay alguien que me dijo que todas las mujeres bonitas, están locas. Sin duda creo que sí. Así como los grandes genios de todas las artes y las ciencias también podría clasificárseles como poco convencionales. Entonces sí, soy demasiado poco convencional.
Tengo tantas ideas atoradas en mi cabeza, que se han ido mezclando con los sentimientos que de pronto simplemente ya no le encuentro ni pies ni cabeza, a nada.
Me encontraste en un muy mal momento. Y esa es la única verdad.
Debería de haber puesto un letrero a la entrada de mi corazón (y en general de mi vida) que dijera, cerrado por remodelación, próxima gran reinauguración. Robándome las palabras de Beth Gibbons (Portishead – Glory Box): Gonna give my heart away, leave it to the other girls to play.
Sé lo que necesito, tiempo y espacio para acomodar la telaraña caótica de los hilos de mi propia vida.
Debo recuperar mi identidad, porque definitivamente si algo sé… es lo que NO soy:
- NO soy una persona maleable, camaleónica sí. Maleable no, y últimamente (la verdad) es que estaba dando mucho mi camino a torcer a manos ajenas. Porqué yo no vine a éste mundo a complacer a los demás si no a mi misma.
- NO soy una persona sumisa, propia y oportuna. Tengo complejos de princesa pero no los modales de una.
- NO soy paciente.
- NO soy dependiente, porque al final (pese a quién le pese) siempre acabo haciendo lo que es mi propia voluntad… aunque eso signifique darme de topes contra la pared en la gran mayoría de las ocasiones.
- NO soy una persona fácil de descifrar, tal vez por eso muchas personas se alejan a la primera señal que sale a relucir de todas mis inseguridades, obsesiones y fantasmas. Al final eso me hace ser quién soy.
Sé lo que quiero, y eso es mi independencia de nuevo, pero eso jamás lo voy a lograr estando atada de manos y llena de anzuelos en mi corazón.
Entiendo que tengo algo, esa chispa que atrae. Entiendo que puedo ser hechicera con las palabras (ya no se diga con la mirada), que tengo muchas armas para seducir. (Casi) Siempre he estado segura de mi belleza física… pero sé que eso no lo es todo y aún así pienso seguirla puliendo.
El problema es que ya no quiero algo que sólo sea pasajero, porque he aprendido la lección. Quiero ser tomada en serio, y no sólo por la hermosa seductriz, y sé que eso no va a ser nada fácil porque tengo una naturaleza completamente impulsiva y pasional y he creado todo un concepto.
Y tengo que aprender a medirme, a tomar las cosas con calma. Y sé que va a ser difícil. Pero quiero hacer las cosas bien. Así que tal vez tenga que borrar y reprogramar (así escrito suena demasiado fácil) algunos aspectos de mi vida, pero ya estoy trabajando en ello.
Las cosas que valen la pena en la vida, a veces son las que más trabajo nos cuestan, las que más lágrimas y sudor nos arrancaron…Yo voy a luchar por eso. Porque quiero algo que valga la pena, aunque me cueste algunas lágrimas.
He aquí que me he quitado la máscara, la estoy aventando al piso para que se quiebre en mil pedazos… He decidido ver la vida con mis propios ojos, enseñar mi propia piel… aunque eso inevitablemente me hace vulnerable ante los demás.
Tengo que vomitar las maripositas en el estómago. Ningún cambio interior puede darse realmente estando bajo influencia de algo tan tóxico como el amor. A mí no me hicieron de acero inoxidable, ni de madera combustible, ni de masa para galletas… Soy de carne y hueso, sangre tibia es lo que corre por mis venas…
No soy falsa. Soy auténtica. Y sí estoy un poquito perturbada… pero al final, sólo las personas que me aprecian por lo que soy, aceptándome tal cuál soy permanecerán.
No soy perfecta, sé que jamás lo seré…
(en la búsqueda por la eternidad… sigo creyendo en los finales de cuento)